¿Recordáis a nuestro amigo Pepe? Hace unas semanas os contamos cómo empezó a tomarse un poco más en serio eso de estar seguro cuando navegas o compras por internet… Y en esta ocasión, os queremos contar algo más sobre Pepe. Nos centraremos en las redes sociales, porque hay algo que aún no sabéis de nuestro querido amigo: Pepe es un influencer.
Cada sábado, Pepe dedica su tiempo de ocio a interactuar con sus seguidores. Suele hacer un directo sobre las cinco de la tarde y responder a todas las preguntas que le hacen. Como buen influencer, Pepe se atreve con los challenges para divertir a sus seguidores y captar nuevos fans… aunque no disfruta haciéndolos (su cuerpo ya cuenta con algunas heridas de guerra), pero todo sea por los followers.
Como ya ha adquirido la categoría de twitstar, Pepe es el blanco perfecto para los ataques de los haters, ya sea para secuestrarle la cuenta y obtener dinero por ella, sabotear sus publicaciones, o incluso evitar que consiga más seguidores. Es por ello que en las diferentes redes sociales, Pepe tiene especial cuidado con las amistades. En Facebook, por ejemplo, sólo acepta a sus amigos más íntimos y familiares; mientras que en Twitter e Instagram prefiere tener un perfil abierto para que todo el mundo que así lo desee pueda leer lo que escribe o ver las fotos que publica.
Pese a pensar que está seguro, Pepe recibe un enlace de un amigo íntimo en Facebook sobre un vídeo suyo. Nuestro amigo, con ganas de ver el vídeo, sabe que su compañero nunca le mandaría nada malo así que, con total normalidad, Pepe decide ver el vídeo.
Una vez pulsado el enlace, sale una ventana emergente para que Pepe acepte una serie de permisos para acceder a la aplicación y así poder ver el vídeo y Pepe, que se fía de su amigo, acepta todos y cada uno de ellos. Finalmente el vídeo (como era de esperar) no se reproduce y Pepe, decepcionado, le comunica a su amigo que no puede ver el contenido. Éste sin embargo no sabe nada de ningún vídeo. Y, como ya os podéis imaginar, el mal ya estaba hecho. Pobre Pepe.
Sin quererlo, los amigos de Pepe empezaron a recibir notificaciones con un vídeo en su nombre, e incluso se comenzaron a publicar mensajes en su feed de noticias. Pepe no se explica qué puede estar pasando, ya que tiene un segundo factor de autenticación en sus cuentas.
Ante esta situación, nuestro (pobre) amigo Pepe cambia la contraseña en Facebook rápidamente, en las demás redes sociales no le hace falta ya que son contraseñas distintas, y avisa a sus amigos de que los vídeos son falsos. Es una muy buena medida contra un robo de cuenta, no obstante, insuficiente para este caso. Pepe tiene una aplicación con demasiados permisos.
¿Qué hemos aprendido de Pepe en esta ocasión?
- Revisa las aplicaciones con permisos. Muchas aplicaciones o juegos piden más permisos de los que realmente deberían necesitar y algunas incluso pueden publicar contenido por ti.
- Comprueba la visibilidad de tus publicaciones. Solo debemos compartir el contenido que queramos con la gente que deseamos. Aunque tengamos un grupo reducido de amigos, las publicaciones pueden ser públicas y todo el mundo podrá leerlas.
- Contraseñas seguras y distintas. Así, en el caso de ser “atacados”, sólo una red social podría ser robada mientras que el resto seguirán a salvo.
- Segundo factor de autenticación. Se puede aumentar la seguridad de nuestras cuentas con un segundo factor de autenticación. Por ejemplo, que además de la contraseña sea necesario un código que será enviado a nuestro smartphone.
- No aceptes invitaciones de amistad de desconocidos. Podrían saber mucha información sobre tus fotos o incluso ver las amistades o familia que tienes.
- No publiques contenido que no te guste para conseguir más likes. Es importante no dejarse llevar por las modas, como sucede con los challenges. Las redes sociales están para divertirse, no para obtener más “me gusta”.
- Cuidado con los enlaces que recibes de tus amigos. A pesar de que los buenos amigos nunca querrán hacernos ningún mal, es posible que ellos también sean víctimas de un virus y se estén enviando mensajes en su nombre. Pregunta antes de abrir un enlace dudoso enviado por ellos.
- Haters. No dejes que los haters influyan en tu personalidad. Sé fiel a ti mismo y recuerda que tu contenido es para un determinado tipo de personas. Es imposible gustar a todo el mundo y, por supuesto, los haters seguirán incordiando sólo por diversión. Existen bloqueadores de usuarios y de lenguaje para evitar que sigan haciendo más ruido.
- Ojo con la geolocalización. Hoy en día, prácticamente todas las redes sociales nos invitan a indicar nuestra localización antes de compartir las publicaciones en nuestro muro. Recuerda que si lo haces, puedes desvelar información sensible como la ubicación de tu casa o los lugares que frecuentas a tus seguidores o todo aquel que tenga acceso a tu perfil.
- Evita las wifis sin contraseña. Aunque puede resultar tentador conectarse a una red wifi sin contraseña para no tirar de datos, recuerda que al hacerlo el tráfico se transmite sin cifrar y otros pueden obtener información valiosa sobre ti, como tu e-mail o tus contraseñas.