El informe Datos y cifras del Sistema Universitario Español, publicado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, afirma que las mujeres constituyen más de la mitad del sistema universitario español alcanzando el 54,8% del total de estudiantes. De acuerdo con este estudio, en el curso 2016/2017 la nota media del expediente académico de las mujeres es, en todos los ámbitos de conocimiento, superior a la de los hombres; sin embargo, el porcentaje de mujeres matriculadas varía mucho según su ámbito de estudio.
Las más perjudicadas son las carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Maths), en las que se producen diferencias tan notables como que el número de mujeres matriculadas en Informática no alcanza el 10%[1].
Las cifras hablan por sí solas, y llevar a cabo acciones que las inviertan es una necesidad real y más urgente que nunca. Programas como INSPIRA STEAM, del que os hablábamos el año pasado, dan visibilidad a las mujeres de las carreras STEAM, cuya actividad pasa totalmente desapercibida para las niñas en muchas ocasiones. Tres de nuestras mujeres tecnólogas, Antía Fernández, Ruth Muleiro y Silvia Abalo, aportan ya su grano de arena para cambiar esta situación, y hoy nos cuentan su experiencia participando en esta iniciativa.
¿Cómo descubristeis el proyecto Inspira STEAM? ¿Qué os impulsó a formar parte de la iniciativa?
RM: Lo conocí a través de Gradiant y otras compañeras que ya habían participado el año pasado. Me pareció interesante la iniciativa y el hecho de poder aportar mi granito de arena. Hacen falta más ingenieras y creo que estimularlas con nuestras experiencias positivas puede ayudar a generar interés.
SA: Lo conocí cuando me invitaron a participar en él, y no dudé en formar parte. Ya había ido a un colegio a dar a conocer mi trabajo como celebración del día de la mujer trabajadora y fue una buena experiencia, por lo que ¿por qué no? Además de no ser un trabajo muy conocido, nadie lo asocia con mujeres.
¿A quién va dirigido el programa? ¿Cómo funciona?
SA: Inspira STEAM está dirigido, generalmente, al alumnado de 6º de primaria. Se trata de un programa impartido por mujeres profesionales del sector que tiene como objetivo fomentar la vocación científico-tecnológica, especialmente en las niñas. Se lleva a cabo en 6 sesiones, y si bien es cierto que es un programa tanto para niños como para niñas, en 4 de las 6 sesiones se dividen en dos grupos, y nosotras trabajamos solo con ellas. La manera de expresarse, reflexionar, interpretar… suele ser distinta entre niños y niñas, por lo que se trabaja con grupos reducidos divididos por género.
RM: Las mentoras recibimos, junto a los profesores de los colegios que participan en el programa, una formación de un día sobre su funcionamiento y las pautas a seguir con las niñas. Después de la formación se nos asigna un colegio y llevamos a cabo 6 sesiones con las alumnas donde narramos nuestra experiencia laboral, nos damos a conocer un poquito, hablamos sobre el feminismo y su visión, hacemos ejercicios y, en definitiva, interactuamos con ellas. Creo que es enriquecedor para ambas partes.
¿Qué resultados observáis a partir de las acciones del programa? ¿Percibís interés?
AF: Tanto las niñas como los niños, están identificando en las sesiones aspectos de su día a día que demuestran su interés en el programa. Además, he observado a través de varios ejercicios en clase, como a sus edades (entre 11 y 12 años) no existen tantos sesgos de género como en los adultos. Las niñas identifican como en su entorno más cercano es habitual hablar en masculino para muchas de las profesiones, ya sea STEAM como cargos más directivos, y son ellas mismas las que alertan a los adultos de esa forma de hablar. El colegio en el que participo ya ha recalcado el interés en repetir el año que viene e incluso en extenderlo a más cursos.
RM: Cada sesión tiene una duración de 50 minutos y me sabe a poco. Mi experiencia está siendo muy positiva en el sentido de que muestran interés, participan y se muestran receptivas. Es muy interesante hablar con ellas y ver que no existen esos prejuicios que nosotros los adultos tenemos habitualmente. Eso también me hace darme cuenta de que cada palabra que decimos puede influir y de que siempre hay que tener cuidado de que la repercusión generada sea positiva.
¿Cómo motivaríais a las niñas a estudiar carreras STEAM?
SA: Programas que como este, que visibilizan la presencia de mujeres en carreras STEAM, me parecen un buen modo de mostrar que ser mujer no es un impedimento para dedicarse a ellas.
RM: Acabando con el estigma de que las ingenierías son solo cosa de chicos. Hay que estimularlas con buenas experiencias, charlar con ellas acerca de cómo se imaginan de mayores e invitarlas a explorar profesiones que desconocen, que sean conscientes del abanico de oportunidades que hay. Pero sobre todo, que se decanten por aquello que verdaderamente les ilusione y que el hecho de que sean carreras mayoritariamente masculinas nunca sea un freno.
¿Qué consejo les daríais a las mujeres que están empezando su carrera profesional en el ámbito tecnológico?
RM: Vuestro desarrollo profesional no entiende de género. Si os ponen trabas por ello, afortunadamente sobran sitios donde os valoren.
SA: Que busquen su camino en lo que en realidad les gusta, sea STEAM o no, sin dejarse llevar por estereotipos. Ser mujer no es un problema para dedicarse a esto.
AF: Lo principal es que identifiquen lo que les gusta, sea del sector que sea y, a partir de ahí, avanzar. Yo les insisto en que es posible que seleccionen una carrera profesional en entornos no STEAM y que terminen necesitando STEAM a medio plazo. Por ejemplo, Diseñador/a de moda, ¿Sabíais para el diseño de moda trabajan personas con sistemas tecnológicos muy avanzados que permiten tratar los tejidos en 3D? O otro por ejemplo, Médico, ¿sabíais que en medicina hay ingenieras diseñando robots muy avanzados que permiten operar con máxima precisión los ojos? Ocurre lo mismo en el trabajo con animales, ¿Sabíais que las vacas están sensorizadas para identificar de forma automática su actividad física, alimentación, etc.?
¿Cuál creéis que es el motivo por el que existe una brecha tan importante entre hombres y mujeres matriculados en las carreras técnicas? ¿Cómo se podría invertir la situación en los próximos años?
RM: En mi opinión y en lo referente a la ingeniería informática que es de lo que puedo hablar, creo que la mayoría de las mujeres no se han sentido nunca especialmente atraídas a esta carrera, ya sea porque se considera despectivamente “friki”, erróneamente “carrera de tíos” o directamente no les interesa en absoluto. Mi experiencia es que en general la gente no entiende que se hace en esa carrera, solo saben que usamos ordenadores y ya está. El desconocimiento ayuda a que la gente se aleje. Ahora las cosas van cambiando, se incorporan clases de programación en los colegios, asignaturas de robótica… todo eso ayuda a que vaya desapareciendo ese “cliché”, lo cual me parece muy positivo y útil.
SA: Yo creo que el motivo en muchos casos es el desconocimiento, lo cual hace que los estereotipos asociados a estas carreras tomen peso. Al menos hasta hace unos años, las que nos decantábamos por carreras como Ingeniería de Telecomunicaciones éramos unas “raras” o unas “frikis”.
¿Cuál creéis que es el gran reto al que os enfrentáis las mujeres tecnólogas?
RM: Al ser menos mujeres en el sector, estadísticamente hay menos mujeres con puestos de responsabilidad. Esto genera rechazo de cara a la galería, porque sigue significando que es un sector masculinizado y, por lo tanto, habrá niñas que decidan no hacer una carrera STEAM por no sentirse cómodas.
SA: Personalmente, a día de hoy el único reto añadido que me encontré por el hecho de ser mujer fue, trabajando con otras culturas, conseguir el mismo respeto que otros hombres en mi posición.
[1] Subdirección General de Ordenación, Seguimiento y Gestión de las Enseñanzas Universitarias de la Secretaría General de Universidades, 2019, p. 29.