Envejecimiento activo y TIC: beneficios de la tecnología para una vida saludable
Rowe y R. Kahn[1] definieron envejecimiento activo como «una baja probabilidad de enfermedad y discapacidad relacionada con la enfermedad, una alta capacidad funcional cognitiva y física, y un compromiso activo con la vida». Fernández-Ballesteros et al.[2] propusieron una definición similar, pero incluyeron el estado de ánimo positivo. Más allá de factores individuales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incorpora causas relacionadas con el entorno como determinantes para el envejecimiento activo y saludable. Según la OMS, los entornos incluyen el hogar, la comunidad y la sociedad en general, y todos los factores dentro de ellos, las personas y las relaciones interpersonales, actitudes y valores, las políticas, sistemas y servicios sanitarios y sociales.
La OMS también añade que poseer una enfermedad no impide un envejecimiento activo y saludable. Varias dolencias pueden controlarse adecuadamente para que tengan un impacto negativo reducido en el bienestar de las personas. Por otro lado, las condiciones de privación e inseguridad son barreras al envejecimiento activo y saludable, obstaculizando la calidad de vida de los adultos mayores. Por lo tanto, es fundamental vivir en entornos que respaldan y contribuyen para el mantenimiento de las capacidades intrínsecas y funcionales.
En este post mostraremos cómo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden contribuir con el envejecimiento activo y saludable. Mostraremos algunas de las iniciativas a nivel europeo; comentaremos cómo las TIC contribuyen a la promoción de la salud y el bienestar y cómo pueden apoyar la vida independiente. Finalmente, repasaremos su contribución para que los entornos y, en particular las ciudades, respalden el envejecimiento activo y saludable.
Europa apuesta por el envejecimiento activo
Son varias las iniciativas puestas en marcha desde la comisión europea para promocionar el envejecimiento activo y saludable, entre las que destacan el Partenariado Europeo para la Innovación en Envejecimiento Activo y Saludable (EIP on AHA) y las iniciativas horizontales impulsadas por la Comisión (Figura 1).
El EIP on AHA incluye a 6 grupos de acción y a 74 sitios de referencia en Europa. Los grupos de acción están enfocados en temas relevantes como la adherencia a la medicación, la prevención de las caídas y las soluciones para la vida independiente. Cada grupo de acción ha desarrollado un plan de acción en el cual la innovación juega un papel fundamental. Gradiant participa en el EIP on AHA desde su creación y, presentemente, integra el grupo de acción en soluciones para la vida independiente.
Por otro lado, los sitios de referencia brindan soluciones innovadoras que mejoran la vida y la salud de las personas mayores, y que se pueden ampliar y replicar en toda Europa. Varias comunidades autónomas españolas son sitios de referencia, entre ellas Galicia.
Figura 1 – EIP on AHA y las iniciativas horizontales puestas en marcha por la CE
Las iniciativas horizontales incluyen:
- El Plan Europeo sobre la Transformación Digital de la Salud y la Atención para la Sociedad que Envejece (Blueprint) que refleja la visión de política común de los responsables políticos europeos, la sociedad civil, las organizaciones profesionales y la industria, y guía los esfuerzos del EIP on AHA.
- El Programa Innovation to Market (I2M) que tiene como objetivo mejorar el ajuste entre el lado de la demanda y el lado de la oferta en AHA, al entablar un diálogo y organizar una serie de actividades que involucren a las dos partes.
- El MAFEIP, una herramienta informática cuyo propósito es estimar los resultados económicos y de salud de una gran variedad de innovaciones sociales y tecnológicas.
Promoción de la salud y el bienestar
En 2015, la OMS estimó que 40 millones de muertes en todo el mundo habían sido causadas por enfermedades no transmisibles. Esto equivale al 70% de las muertes que se producen en el mundo. Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría, seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes. Estos cuatro grupos son responsables de más del 80% de todas las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles.
Las enfermedades no transmisibles se ven favorecidas por factores de riesgo comportamentales modificables, como son el consumo de tabaco, la ingesta excesiva de sodio, el consumo de alcohol y la actividad física insuficiente; así como factores de riesgo metabólicos. El 19% de las muertes a nivel mundial se atribuyen al aumento de la presión arterial. Los demás son el sobrepeso y la obesidad, el aumento de la glucosa sanguínea (hiperglucemia) y las concentraciones elevadas de grasas en la sangre (hiperlipidemia)[1].
Las TIC están presentes en varias tecnologías que asumen un papel destacado en la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud y el bienestar. Las técnicas de data analytics pueden desempeñar un papel fundamental en la predicción de riesgos y, de esta forma, ayudar a los sistemas sanitarios a mejorar sus resultados a través del diseño de intervenciones dirigidas a pacientes de alto riesgo que necesitan una gestión cuidadosa y proactiva. Una vez definido el modelo de estratificación y diseñadas las intervenciones, se recogen y analizan datos para determinar la eficacia de las acciones.
Las TIC también contribuyen para incrementar el empoderamiento y la auto-gestión. Además, son clave en el seguimiento y el coaching remoto. Algunas tecnologías muy diseminadas tienen un papel importante: los dispositivos usables (wearables), los dispositivos médicos de uso personal (por ejemplo, medidores de glucosa en sangre) y las aplicaciones (apps) de salud digital. Los wearables permiten mantener un registro de la actividad física diaria y los patrones de sueño, entre otros. Por otro lado, los dispositivos médicos de uso personal, conectados o no, ayudan a los pacientes a verificar variables que deben controlar y las TIC les ayudan a analizar los datos recogidos y hacer llegar la información relevante a los cuidadores informales (ej., hijos o nietos) o formales.
Las apps de salud digital se distinguen por su facilidad de uso. Se ha comprobado que pueden ayudar a prevenir la diabetes y a incrementar la autoeficacia de pacientes con asma, diabetes y los que realizan o necesitan rehabilitación cardíaca o pulmonar. Pueden emplear técnicas como la gamificación para motivar a los usuarios a conseguir metas que ellos mismos han establecido (coaching). Además, estas aplicaciones pueden proporcionar información contrastada, ayudando los usuarios en la toma de decisiones (empoderamiento). A nivel económico, y según un artículo publicado en la revista Lancet, la adopción de apps de salud digital con los fines mencionados podría suponer un ahorro anual de 7 mil millones de dólares para los sistemas de salud de los Estados Unidos.
En esta línea, en Gradiant trabajamos en el proyecto GAMAPEA para el desarrollo de una aplicación de salud digital que favorece el envejecimiento activo y saludable. La aplicación proporciona recomendaciones de hábitos saludables y juegos serios, basados en métodos de terapia cognitivo-conductual. Entorno a esta información, se crea un sistema de apoyo a la decisión que ayuda a profesionales sanitarios a hacer un seguimiento del estado de la salud, tanto física como mental de los usuarios, y facilita la creación de tratamientos personalizados. El consorcio está liderado por SIVSA y, además de Gradiant, cuenta con IMATIA, la Universidad de Santiago y la Fundación IDIS.
Vida independiente
Las tecnologías para la vida asistida (TVA) pueden ser tan simples como los cierres de velcro en un par de zapatos o tan complejas como los robots asistenciales. Además, las TVA pueden ser diseñadas para satisfacer una necesidad específica, como los interfaces en braille y alternativas de conversación en cajeros automáticos; o ser un artículo de uso diario que se utiliza de forma creativa. Lo más importante es que son herramientas que mejoran la independencia, la funcionalidad y la capacidad de las personas para vivir de forma independiente.
Las TIC, incluyendo las tecnologías conocidas como Internet de las Cosas (IoT)[2], poseen un papel importante, ya que incluyen dispositivos sensores y actuadores dotados de capacidad de comunicación, tecnologías de localización en interiores, interfaces innovadoras, como las interfaces cerebro ordenadora, etc. Permiten controlar dispositivos en el hogar (Figura 2), ayudan los usuarios a desplazarse (ej., Free Walker EU Project) e incrementan la capacidad de los usuarios para desempeñar actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
Figura 2 – Escenario de aplicación de las IoT en el hogar. Reproducido, con permiso, de [Domingo 2012][1]
Los robots asistenciales también ganan protagonismo debido a sus capacidades, cada vez más avanzadas, de interactuar con las personas, monitorizarlas, entretenerlas y ayudarlas y se considera que, en breve, podrán estar diseminados. Esos robots se pueden categorizar en dos grupos: por un lado, los robots de rehabilitación, que se centran en la asistencia física y, en general, no poseen capacidades de comunicación avanzadas como son las sillas de ruedas inteligentes, las extremidades artificiales y los exoesqueletos; el segundo grupo son los robots sociales y se dividen en dos subgrupos: los robots de servicio y los robots de compañía.
Los robots de servicio se utilizarán para apoyar actividades básicas o instrumentales de la vida diaria, como comer y bañarse o cocinar. También para mejorar la salud y el bienestar psicológico de las personas mayores. Los robots de compañía pueden interactuar con los humanos a través de interfaces conversacionales, las más avanzadas basadas en técnicas de inteligencia artificial. Un ejemplo es el Kirobo Mini, desarrollado por Toyota, el cual, además de conversar y gesticular mientras lo hace, es capaz de identificar emociones y empatizar con ellas, dando una respuesta acorde, aprende sobre el usuario, recordando sus preferencias y sucesos pasados para poder ofrecer, así, una compañía personalizada.
Entornos respetuosos con la edad
Se estima que hasta el año 2030, 3 de cada 10 personas en Europa tendrán 65 o más años. Además, 3 de cada 5 personas vivirá en ciudades. Se plantea la necesidad de desarrollar entornos respetuosos con la edad a fin de respaldar una vida saludable e independiente más prolongada y una mayor participación social de los mayores. En términos prácticos, los entornos respetuosos con la edad adaptan sus estructuras y servicios para que sean accesibles e inclusivos para las personas mayores con necesidades y capacidades variables.
La ciudad tiene el potencial de convertirse en un espacio físico y virtual integrado, dentro del cual los adultos mayores pueden participar de la mejor manera posible. Según Sarah Harper, profesora de gerontología en la Universidad de Oxford, las ciudades amigas de la edad deben ser ciudades inteligentes. La ciudad respetuosa con la edad debe comprometerse con la tecnología del futuro para proporcionar un entorno urbano donde todos podamos experimentar una vejez saludable.
Un buen ejemplo de aplicación de las TIC para la creación de un entrono respetuoso con la edad es el toolkit Smart Cities for All que aborda los desafíos prioritarios identificados por expertos mundiales como una barrera para la inclusión digital de personas con discapacidad y mayores en las ciudades inteligentes. Entre las tecnologías que se podrían aplicar, destacan los HoloLens, una solución de realidad mixta que puede ofrecer una vista panorámica de las ciudades con superposiciones de datos, y Chip, un asistente de inteligencia artificial que permite acceder y navegar los recursos digitales de la ciudad.
Tal y como se ha visto a lo largo de este post, la tecnología juega un papel relevante como habilitadora de productos y servicios innovadores para la impulso de la salud y el bienestar, la vida independiente y los entornos respetuosos con la edad. Cada vez más, las TIC juegan un papel de mayor protagonismo. Por ello, trabajamos en innovación para la salud, aplicando las TIC, entre ellas IoT y data analytics, para mejorar la salud y el bienestar.
Referencias
[1] Domingo, Mari Carmen. «An overview of the Internet of Things for people with disabilities.» Journal of Network and Computer Applications 35.2 (2012): 584-596.
[1] GBD 2015 Risk Factors Collaborators. Global, regional, and national comparative risk assessment of 79 behavioural, environmental and occupational, and metabolic risks or clusters of risks, 1990–2015: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2015. Lancet, 2016; 388(10053):1659-1724.
[2] La Internet de la Cosas (IoT) es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet.
[1] Rowe, John W., and Robert L. Kahn. «Successful aging.» The gerontologist 37.4 (1997): 433-440.
[2] Fernández-Ballesteros, R., et al. «Active aging: a global goal. Current Gerontology and Geriatrics Research, Volume 2013, 1-4.» (2013).
Autora: Helena Fernández López, directora de eSalud en Gradiant