Durante la Segunda Guerra Mundial se hicieron célebres los globos aerostáticos denominados cautivos, que, unidos a tierra por medio de cables, otorgaban ciertas ventajas estratégicas a quienes los utilizaban, funcionando como observatorios o a modo de barreras aéreas frente a la aviación enemiga.
En la actualidad los globos continúan utilizándose ampliamente en diversos ámbitos. Dentro del mundo de la investigación científica, por ejemplo, las sondas meteorológicas se sirven de pequeños globos de helio para llevar a la estratosfera instrumental que registra parámetros atmosféricos como la presión, la humedad del aire, la velocidad del viento o la temperatura.
Dado lo relativamente asequibles que son estos dispositivos, en los últimos años se ha popularizado el «high altitude ballooning», un hobby emergente en el que la pequeña carga incluye toda clase de electrónica, sensores, GPS, cámaras…
Fuente: Space Data
La evolución tecnológica ha hecho que se empiece a pensar en los globos estratosféricos como una solución de bajo coste para proporcionar servicios de telecomunicación. La idea consiste en utilizar pequeños globos a gran altitud como nodos de una red celular de comunicaciones, lo que supone una alternativa económica a las redes móviles convencionales; o a los HAPs (High Altitude Platforms), basados en el uso de aeronaves. Lógicamente, la utilización de estos sistemas cobra sentido en zonas de baja densidad de población o difícil orografía, donde no es posible justificar el gasto de una infraestructura de otro tipo que garantice el acceso a tales servicios.
No hace mucho, Google mostró su interés por el uso de globos como soporte para nuevas redes de comunicación inalámbricas, valorando incluso la posibilidad de adquirir a la empresa Space Data Corporation, especializada en el despliegue de esta clase de sistemas. Su plataforma SkySite proporciona servicios de comunicaciones en la banda de 900 MHz para zonas extensas en aplicaciones civiles y militares. Esta solución permite establecer comunicaciones remotas de voz y datos en cuestión de minutos, lo que la hace especialmente competitiva frente a otros sistemas. Su potencia radica en la capacidad para cubrir a muy bajo coste vastas áreas rurales con servicios móviles de banda ancha por medio de redes digitales CDMA.
Fuente: Space Data
Los globos, junto con el equipamiento electrónico, ascienden hasta una altitud de entre 20 y 30 km, y cada uno de ellos puede dar cobertura a un área de más de 600 km de diámetro. Un aspecto a tener en cuenta es su limitada vida útil, que obliga a reemplazarlos periódicamente. Cada globo permanece flotando libremente sobre la atmósfera unas 12 horas hasta que sale de la zona de servicio o decae la energía de sus baterías. En ese momento explota y el transmisor regresa a tierra ayudado por un paracaídas y un GPS que informa de su posición durante el descenso, lo que facilita su recuperación.
Sin duda, estas innovadoras apuestas tecnológicas aun deben resolver muchos de los retos técnicos a los que se enfrentan, pero demuestran que la eficiencia no siempre se encuentra en las soluciones más complejas. Tal como afirman desde Space Data: «Cubrir cada milla de Dakota del Norte requeriría más de mil antenas.
Nosotros podemos lograrlo con 3 globos». En la actualidad, Gradiant estudia con Quobis Networks la aplicabilidad de globos cautivos de bajo coste para el despliegue de redes WMAN, incorporando en los primeros desarrollos tecnologías como WiMAX Mobile.