En los últimos años la forma de disfrutar servicios multimedia ha cambiado drásticamente. Hemos vivido un escenario en el que existía una única forma de acceder a cada servicio y, además, un sólo dispositivo para hacerlo. Así, veíamos la televisión en televisores, consultábamos la web y ejecutábamos aplicaciones en el ordenador, escúchabamos la radio en equipos de música y usábamos el teléfono para hablar. Sin embargo, la tendencia actual está dirigida por la «convergencia». Convergencia tanto en contenidos como en dispositivos, esto es, el usuario quiere acceder a cualquier servicio desde cualquier dispositivo.
Las implicaciones de este cambio abarcan un amplio abanico de elementos: desde los proveedores de contenidos, que tienen que adaptarse a las nuevas formas de consumirlos, hasta los usuarios, cuyo grado de exigencia es mayor, pasando por los fabricantes, que tienen que adaptar y desarrollar nuevos dispositivos que den soporte a las nuevas funcionalidades requeridas.
En lo tocante al audiovisual, la frontera entre las fuentes de contenidos clásicas, como las cadenas de televisión, y las películas en medios almacenados, está hoy más difusa que nunca. Así, las propias cadenas de televisión ofrecen su programación también en formato bajo demanda (también llamado a la carta) eliminando, de esta manera, la restricción de que el usuario tenga que disfrutar los contenidos a una hora dada. Por otro lado, la expansión de videoclubs online y la extensión cada vez mayor de servicios como Youtube o Vimeo ha dejado en un segundo plano a los medios de almacenamiento, como el DVD, e incluso, más recientemente, al Blu-Ray. Sobre este último cabe una reflexión. Si bien tecnológicamente su calidad es notable, quizás haya llegado en un momento en el que ya no sea tan necesario, debido al declive del almacenamiento local a favor del almacenamiento en la nube.
El acceso a servicios en la nube tiene una fuerte implicación: los televisores necesitan acceder a Internet, un campo restringido exclusivamente a los ordenadores hasta hace poco. He aquí otra convergencia más: televisores y ordenadores sirven para disfrutar los mismos servicios. Esta afirmación es más fuerte todavía si tenemos en cuenta que las tarjetas sintonizadoras de televisión para ordenador tienen un coste irrelevante.
El campo de los teléfonos móviles también ha experimentado un fuerte cambio: desde las funcionalidades iniciales de voz y mensajes de texto ha pasado a dispositivos capaces de ejecutar aplicaciones similares a las de los Pcs, convirtiéndose, de esta manera, en dispositivos válidos para el consumo de contenidos multimedia. También se ha dado el paso contrario: los servicios de telefonía en el ordenador debido, principalmente, a la proliferación de la telefonía IP. Además, aprovechando este escenario de convergencia, la telefonía se está empezando a introducir incluso en el mundo de los televisores.
La adaptación de los dispositivos a las nuevas funcionalidades requeridas es donde los principales fabricantes están invirtiendo más esfuerzos hoy en día. Estos van desde el desarrollo de plataformas hardware hasta todas las capas software. Entre estas últimas es de destacar el peso que están teniendo diversos proyectos de software libre donde importantes empresas, como Intel, Nokia o Google, se están volcando. Así, proyectos como Webkit, Android, Meego, XBMC/Boxee tendrán mucho que decir en este escenario.
En el terreno de los fabricantes, no podemos olvidar los últimos dispositivos disponibles en el mercado que aúnan gran parte de las características comentadas en este artículo. Google, Apple o la gallega Blusens, con sus GoogleTV, AppleTV y WebTV respectivamente han sabido entrar en este nicho de mercado.
En Gradiant, conscientes de la importancia de esta nueva realidad, estamos trabajando en distintos aspectos, como nuevas interfaces de acceso a los dispositivos, el desarrollo de nuevas técnicas de transmisión de video o exploración de nuevas plataformas hardware.