Nadie sabe cuál fue el origen de la publicidad. Lo que sí sabemos es que siempre ha ido de la mano de la tecnología, tanto para aprovechar nuevos formatos (internet, televisión de pago) como para medir sus efectos y su rentabilidad.
Con al avance de las tecnologías de procesado automático facial, algunas empresas se han propuesto utilizarlas como una herramienta más de medición del impacto publicitario. Pero como con todos los avances surgen las preguntas del ciudadano: ¿debo sentirme vigilado o la tecnología ofrece suficientes garantías? Desde Gradiant, los Doctores en Telecomunicación Daniel González y Luis Pérez Freire (expertos en reconocimiento biométrico y seguridad multimedia, respectivamente) trabajan en esta línea, tanto para mejorar esta tecnología como para garantizar la seguridad del ciudadano.
Actualmente existe tecnología capaz de detectar automáticamente caras en imágenes complejas con un alto grado de fiabilidad, lo cual ha sido identificado por algunas empresas del sector publicitario como una oportunidad para medir el impacto de las campañas. Esta tecnología es, de por sí inofensiva, puesto que únicamente localiza las caras presentes en una imagen sin extraer información que permita identificar al sujeto, esto es, sin vulnerar su privacidad. Con la finalidad de contabilizar personas con precisión, es necesario no sólo detectarlas sino tener algún indicio de que, durante el tiempo que el sujeto permanece delante de la cámara, el sistema no lo considera como dos o más personas diferentes. Esto implica un esquema de seguimiento en el que no tiene porqué ser necesario calcular patrones biométricos, o en caso de hacerlo, éstos deberían eliminarse cuando la persona sale del campo visual de la cámara.
La preocupación ante este tipo de sistemas viene, en general, por la falta de información acerca del tratamiento de los datos. Como se ha explicado, en este tipo de aplicaciones no es necesario el almacenamiento de información personal. En todo caso, si éste se produjera, el individuo estaría protegido por leyes (como la LOPD española) que garantizan sus derechos. En este sentido, una necesidad fundamental es la de proporcionar las tecnologías adecuadas para ayudar al cumplimiento de estas leyes.
Por tanto, al igual que con otros avances científico-técnicos, antes de la implantación masiva de anuncios inteligentes cabe pensar que será necesaria una campaña de información previa, dando a conocer las características del sistema y sus garantías para evitar que el ciudadano se sienta utilizado sin su consentimiento