De diseñadora de interiores, pasando por arquitecta o profesora de matemáticas hasta que la robótica y su profesora Anna, de Tecnología y Física, se cruzaron en el camino de Alicia Silva cuando estudiaba en el instituto. La protagonista de nuestro Tecnólogas del siglo XXI es ahora una experta en Machine Learning y Optimización en el área de Sistemas Inteligentes de Gradiant. En estos momentos, trabaja en el desarrollo de tecnología que mejore la eficiencia en industria y en agricultura y haga más sostenibles los procesos productivos en ambos ámbitos. Así que gracias a su referente, Anna y a su curiosidad innata, Alicia Silva hace una aportación muy valiosa con su talento al ámbito tecnológico y por ende, a la sociedad. Consciente de lo importante que es contar con un referente femenino, colabora con el programa #InspiraSTEAM: visita algunos centros de secundaria para motivar a otras jóvenes a estudiar carreras tecnológicas. De esta forma, ayuda a que ese futuro talento tecnológico no se pierda en el camino.
¿A qué querías dedicarte cuando eras pequeña?
Como la mayoría, cambié de idea en muchas ocasiones, a medida que iba descubriendo cosas que me gustaban. Empecé queriendo ser profe de Matemáticas pero pasé también por diseñadora de interiores, arquitecta… Hasta que me di cuenta de que la ingeniería, probablemente, sería el camino más versátil si no lo tenía claro del todo.
¿Por qué elegiste la tecnología?
Supongo que lo que más me atrajo de este campo fue, como persona curiosa que soy, que suponía un extenso abanico de conocimiento. Recuerdo como punto de inflexión, la primera vez que tuvimos prácticas de robótica en el instituto. Me encantó la experiencia de trabajar una idea inicial hasta llegar a verla en funcionamiento.
Además, también me atrajo mucho la capacidad de poder llegar a ofrecer soluciones que mejoren nuestro entorno.
¿Dónde te planteaste hacer la carrera? ¿Por qué?
Siempre barajé estudiar alguna de las ingenierías que se estudian en la Universidad de Vigo por cercanía a mi familia y porque la mayoría de mis amigos también venían a estudiar a Vigo.
¿En qué estás trabajando actualmente?
En este momento, estoy trabajando en dos proyectos enfocados en el ámbito agrario y en el industrial. Por un lado, en el contexto industrial estamos desarrollando una plataforma de monitorización de modelos de Machine Learning que permita la detección de errores en los procesos productivos, así como la elaboración de estrategias de mejora de los mismos.
Y por otro lado, en el proyecto orientado al sector primario estamos elaborando un algoritmo de recomendación y detección de anomalías para la fertilización de cultivos. De esta forma, pretendemos ofrecer a los usuarios los datos de sus explotaciones agrícolas en tiempo real. Además, al adecuar las cantidades de fertilizantes y fitosanitarios a las necesidades reales en cada momento podremos minimizar el impacto medioambiental del uso de estos productos.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Es posible que suene a tópico, pero lo que más valoro de mi trabajo es la posibilidad del aprendizaje continuo. Al mismo tiempo, y aunque a veces pueda resultar frustrante, me encanta la cantidad de retos a los que me tengo que enfrentar. Todo el proceso de estudiar un nuevo enfoque, hacer pruebas y llegar a una solución adecuada es lo que más me motiva de mi labor, especialmente si lo hago en equipo.
¿Quién es tu referente femenino en el mundo de la tecnología?
A lo largo de estos años he ido conociendo a muchas profesionales que me han aportado multitud de conocimientos tanto a nivel técnico como personal. No obstante, si debo destacar una persona, reconozco que guardo un especial cariño a mi profesora de Tecnología y Física, Anna. Ella fue la primera que supo transmitirme la curiosidad por este mundillo y siempre me animó a dedicarme a ello porque veía potencial en mí.
¿Qué lectura haces de la situación de la mujer en tu ámbito?
Gracias a que colaboro en el programa de mentorización Inspira STEAM puedo tomar el pulso a las generaciones futuras a este respecto y tengo emociones encontradas. Por un lado, he percibido que, en general, las futuras generaciones ya tienen una idea distinta y es esperanzador. Sin embargo, resulta frustrante la idea de que aún haya niñas que, aunque se sienten atraídas por el ámbito tecnológico, no se atreven a explorarlo porque creen que no es su lugar o que no van a ser capaces.
Además, cuando logramos romper con esas limitaciones y enfocar nuestro camino profesional hacia este sector, existen contextos en los que aún tenemos que seguir haciendo un esfuerzo extra en demostrar que eres igual de válida que tus compañeros. Esto genera mucho desgaste mental. Debo de reconocer que he sido muy afortunada, pues siempre he sentido el apoyo tanto de mi familia como de mi entorno profesional, pero aún queda mucho trabajo por hacer.
¿Qué le dirías a l@s tecnólog@s del futuro?
De entrada, les diría que si sienten curiosidad hacia el ámbito tecnológico, se lancen de cabeza. Incluso si no tienen una idea muy clara o definida de en qué rama profundizar. He aprendido a través de muchas de las personas que me han acompañado en mi carrera laboral, que hay diversos caminos para llegar al mismo punto; lo realmente importante son las ganas y el empeño que pongas.